¡Llegamos, mi gente! Tarde pero seguro. La verdad, casi no llego. ¡Qué maldita semana! Pero para la alegría de muchos y la pena de otros, seguimos arrastrando los pies. Hoy no vengo a hablarles de política, ni a romantizar, ni a ponerlos a analizar sobre la vida. Hoy vengo a hablarles de algo más peligroso: Belinda. Sí, esa misma. La sirena mexicana que, con solo pestañear, deja a medio continente tarareando “Sapito” y a la otra mitad buscando terapia.
Porque, mis queridos lectores, Belinda no es una mujer: es una fuerza de la naturaleza, como los huracanes, pero con pestañas postizas y un TikTok viral. Cuando ella llega, no hay seguro que te salve: no hay plan médico ni plan de escape. Y ahora… la semana pasada se metió a la casita de Bad Bunny y la maldición de Belinda está rondando.
¿Qué es la maldición Belinda?
Les explico para los que viven debajo de una piedra o en Facebook: cada vez que Belinda tiene novio famoso, ese hombre termina con el corazón roto, la cuenta vacía y, si Dios lo descuida, un tatuaje en la frente. No hay excepción. Es un patrón, un algoritmo del desastre amoroso.
Christian Nodal, ¿lo recuerdan? El muchacho se enamoró, se tatuó, le cantó serenatas… y terminó como todos: con tequila en la mano y lágrimas en los ojos. Antes de él, Lupillo Rivera se tatuó su cara y después dijo que era “una mancha”. ¡Una mancha, Lupillo! Una mancha que no sale ni con Clorox.
La escena que lo cambió todo
La Residencia de Bad Bunny, ese lugar sagrado donde se supone que uno solo entra a perrear hasta las rodillas… ahí estaba ella: moviéndose como quien no rompe un plato (pero rompe matrimonios), sonriendo como la que sabe que un tatuador se frota las manos en este momento $$.
¿Y Bad Bunny? Ahí, con su cara de "estoy chilling", pero por dentro escuchando una vocecita que le decía: "Aléjate Satanás".
Porque no nos engañemos: Belinda no baila porque sí, Belinda baila porque el universo necesita caos.
Benito, ¡no lo hagas!
Benito, yo sé que tu no le tienes miedo a nadie, pues ya lo vimos cuando tuviste tus rocecito' con Kendall. Pero la verdad, Puerto Rico ya tiene suficientes problemas, no necesitamos añadir un nuevo huracán llamado "Belinda" a la lista. No queremos ver titulares como: "Bad Bunny lanza álbum post-ruptura: 'Un Verano Sin Amor (Gracias Belinda)'".
Si te fijas, todos los que se cruzan con ella terminan igual: flacos, despeinados y sacando un tema de despecho para sobrevivir. Nodal lo intentó y le funcionó, pero tú, Benito… tú ya no puedes más con tanto drama. Recuerda que tu último disco parecía escrito después de tres terapias y un par de lágrimas en el estudio. ¿Vas a arriesgar la poca paz mental que te queda? Además, ya vimos lo que Nodal terminó siendo.
El futuro si no haces caso
Yo me imagino el panorama: Bad Bunny con el pelo teñido de verde Belinda, con un tatuaje en el cuello de un sapito, y en los Latin Grammy agradeciendo a Dios, a su familia… y a su terapeuta. Todo esto porque no escuchó la advertencia del pueblo.
Belinda, mientras tanto, seguirá igual: hermosa, sonriente, con un nuevo look y una canción pegada en TikTok… mientras el próximo famoso hace fila.
En conclusión, Benito, yo sé que la tentación está fuerte. Tu eres un hombre inteligente. Espero de corazón, que no caigas en la trampa. Porque la maldición Belinda no falla, y tu casita puede terminar convertida en un apartamento en Bayamón.
Así que hazle caso a tu coro: "tú no eres bebecita, tú eres bebesota"… pero no con ella. Que después no digas que nadie te lo advirtió.
Unos me apodan el "Luis Lloréns de la Nueva"; otros me conocen por mi amor a la chuleta frita.
Omar González

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